“Se lo están tomando como algo personal”: un engaño para Carlee Russell es una amarga realidad para 89,000 mujeres y niñas negras en EE. UU.

el 13 de julio, mientras EE. UU. se obsesionaba con la desaparición de Carlee Russell, una estudiante negra de enfermería de 25 años que desapareció en una carretera de Alabama, Derrica Wilson vio esperanza para otras familias cuyos seres queridos también habían desaparecido. Pensó en Casey Young, Alexis Ware, Relisha Rudd, Arianna Fitts y Keeshae Jacobs, todas mujeres y niñas negras que fueron reportadas como desaparecidas durante la última década.

Wilson, cofundadora de Black and Missing Foundation, ha trabajado con docenas de familias para ayudar a crear conciencia sobre las personas de color desaparecidas. Su organización se enfoca específicamente en mujeres y niñas negras, cuyas desapariciones reciben significativamente menos cobertura de noticias que las mujeres blancas, lo que dificulta atraer la atención y los recursos de investigación para resolver sus casos. Esa atención es vital, me dijo Wilson, particularmente en los primeros días de la desaparición de una persona, porque aumenta la conciencia pública y presiona a las fuerzas del orden público para que inviertan en estas búsquedas.

En 2022, las mujeres negras representaron el 18 % de todas las personas desaparecidas, incluso cuando representan solo el 7 % de la población de EE. UU., según el Centro Nacional de Información sobre Delitos y la Oficina del Censo de EE. UU. Para fines de 2022, de más de medio millón de personas reportadas como desaparecidas, aproximadamente 98,000 eran mujeres y niñas negras. Estos casos casi nunca alcanzan algo que se asemeje vagamente a la viralidad de los medios.

Pero el caso de Russell resultó diferente. Una avalancha de cobertura de noticias nacionales e internacionales se centró en la desaparición de la mujer. Su familia apareció en el programa Today Show, diciendo que su hija había sido secuestrada y que el perpetrador seguía prófugo. Y la policía local de Hoover dedicó mucho tiempo y recursos para encontrarla. Entonces la historia comenzó a desmoronarse. La policía finalmente publicó pruebas que arrojaron dudas sobre la historia del secuestro que Russell le contó a la policía cuando finalmente reapareció. Y finalmente, el lunes, su abogado hizo una declaración completa: Russell había mentido y no se había producido ningún secuestro.

Wilson me dijo que la amplia cobertura de los medios del caso de Russell hizo que las familias de las mujeres negras desaparecidas tuvieran «esperanza… porque están viendo a alguien que se parece a su ser querido desaparecido». Ahora, desalentados por cómo se derrumbó el caso de Russell, los defensores y expertos en personas desaparecidas temen que la fabricación de la mujer pueda socavar la búsqueda de los miles de casos legítimos que involucran a mujeres y niñas negras.

Wilson dijo que no había una política nacional unificada sobre cómo las fuerzas del orden deberían manejar estos casos, dejando que los departamentos de policía individuales determinen cuánto invierten en investigaciones. Esa realidad está alimentando la preocupación de que el engaño de Russell podría significar que las fuerzas del orden público pueden tratar con escepticismo los futuros informes de personas desaparecidas que involucren a mujeres negras. “Estas familias ya están librando una batalla cuesta arriba”, dijo Wilson. “Siguen sufriendo, siguen buscando, pidiendo apoyo y participación comunitaria para sus seres queridos desaparecidos. Así que se lo están tomando como algo personal… esto es un engaño para ella, pero todas las familias con las que estamos tratando, esta es su realidad”.

La desaparición de Russell, su reaparición y su subsiguiente admisión de inventar su secuestro marcaron una rara diferencia con respecto a miles de otros casos de mujeres negras desaparecidas en todo el país. Sin embargo, su terrible experiencia también dio una idea de lo que podría suceder si se prestara tanta atención a los casos legítimos de mujeres y niñas negras desaparecidas. “Las acciones rápidas de la policía, el proceso de notificación a los medios locales amplificados a la corriente principal, ese es el impulso por el que hemos estado luchando constantemente durante 15 años”, dijo Wilson. Ella espera que el caso de Russell no distraiga la atención de los casos de personas desaparecidas válidas. “Queremos avanzar y aprovechar el impulso”.